1) Consérvelas en un lugar fresco y seco. Puedes meterlas en un frutero, bol o una bolsa reutilizable con agujeros. 

2) Asegúrate que no reciben luz directa del sol.

3) Si vex que están empezando a madurar, mételas en el refrigerador y así las podrás conservar durante un periodo más largo.