El sabor y la tradición se unen en los postres guatemaltecos que se disfrutan durante las festividades de la temporada.
Estos dulces no solo deleitan el paladar, sino que también cuentan historias y mantienen vivas las tradiciones de generaciones pasadas.
Ayote en Miel:
El ayote, conocido en otras regiones como calabaza, es un fruto versátil que se convierte en protagonista durante el mes
de noviembre en Guatemala. Este fruto, perteneciente a la familia de las cucurbitáceas, se transforma en un delicioso
postre cuando se cocina en un almíbar de panela y especias. Además de su sabor dulce y textura suave, el ayote es
una fuente rica de potasio, vitamina C y beta caroteno.
Jocotes en Miel:
Los jocotes, frutas tropicales nativas de América, son otro postre tradicional que se disfruta especialmente durante el
Día de Todos los Santos Estos se cocinan en un almíbar espeso y especiado hasta que se ablandan y absorben el
dulce sabor del almíbar. Es una delicia que evoca recuerdos y une a las familias alrededor de la mesa.
Torrejas:
Durante el mes de octubre, Guatemala se viste de festividad y devoción para celebrar a su patrona, la Virgen del
Rosario. En este contexto, las torrejas emergen como un postre esencial que adorna las mesas de las familias
guatemaltecas. Aunque son populares en otras festividades,en el Mes del Rosario, estas delicias de pan empapado
en miel con toques especiados de canela y clavo se convierten en protagonistas. Las calles cercanas a la Iglesia de
Santo Domingo en la Nueva Guatemala de la Asunción se llenan de aromas y sabores, donde las torrejas compiten
con otros platillos tradicionales como las garnachas y los churros. Pero más allá de la gastronomía, lo que realmente
resalta es la profunda devoción y el sentimiento de comunidad que se vive durante este mes. Las torrejas no son solo
un postre, son un símbolo de tradición, fe y unidad familiar.
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